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Cien años más tarde, las Condenadas siguen en su cripta entregadas a sus juegos y placeres. Ignoran la presencia de un ángel exterminador enviado por el Señor, que quiere acabar con tanta desvergüenza aplicándoles un castigo ejemplar: destruirlas para siempre. Jess Franco cierra su díptico sobre los súcubos lésbicos con esta inigualable película, apoyada en una banda sonora excepcional con composiciones de Bach, Hindemith, Respighi o Ravel. A medio camino entre el “sexploitation” y el cine de vanguardia, “La cripta de las condenadas II” explora en profundidad la sexualidad de la mujer. |