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1879. Una niña de 9 años, y su padre, Marcelino, un arqueólogo aficionado, descubren algo extraordinario que cambiará la historia de la humanidad para siempre: las primeras pinturas prehistóricas encontradas hasta entonces. Pero la madre de María, la dulce y devota Conchita,no es la única perturbada por este descubrimiento. La iglesia Católica considera que la afirmación de que las pinturas sean obra de prehistóricos “salvajes” es un ataque a la verdad bíblica. La familia entra en una fuerte crisis y cierra la cueva. |