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A bordo de una nave que avanza con dificultad entre los gélidas aguas de los mares del norte, Mary Shelley, intenta escribir con tinta congelada sobre el rígido papel. En su invisible escritura recuerda como conoció al joven y apasionado poeta Percy B. Shelley, con quien contrae matrimonio, y las otras personas de su entorno: su hermanastra, Lord Byron y el acomplejado secretario de éste, el doctor Polidori… Pero, sobre todo, recuerda el verano de 1816, cuando el grupo se reunió para pasar unos meses junto al lago, en la Villa Diodati. A raíz de una sugerencia de Lord Byron cada uno inicia la escritura de un relato sobrenatural. De la imaginación y los fantasmas personales de Mary surge el germen de lo que después acabará convirtiéndose en Frankenstein o El moderno Prometeo, novela en la que la búsqueda de la belleza lleva a un médico a devolverle la vida a una criatura creada con los fragmentos de cuerpo humano más perfectos. Sin embargo el conjunto resulta trágicamente monstruoso casi como un reflejo de la unión de las diferentes personalidades de los reunidos en Villa Diodati. |