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LOS PECES ROJOS es un ejemplo diáfano de lo que se suele calificar como adelantada a su tiempo. La trama —entre el melodrama criminal y el delirio onírico-surrealista— fue tan incomprendida por el gran público como por parte de la censura de la época que no percibió la amoralidad del relato. Sucesivos pases de LOS PECES ROJOS en homenajes a sus interpretes o a su atípico realizador JOSÉ ANTONIO NIEVES CONDE (“Surcos”, “El inquilino”, “Balarrasa”, “El sonido de la muerte”), han descubierto a nuevas generaciones una de las grandes joyas ocultas de nuestra cinematografía. Un título a reivindicar y paladear sosegadamente para apreciar todas sus sutilezas —entre ellas una banda sonora firmada por MIGUEL ASÍNS ARBÓ en las antípodas de sus obras más conocidas compuestas apara Berlanga o Ferreri, “El verdugo”, “Plácido”, “El cochecito”...-- , además de su sorprendente y atmosférico aspecto visual..
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